jueves, 10 de septiembre de 2009

De intérpretes y sherpas

Después de algunos días en cautiverio, Sultan Munadi fue ultimado a balazos. Versiones periodísticas reportan que no hay certeza, no se sabe si las balas "eran de los talibanes, o de las fuerzas de la OTAN". La misión, comandada principalmente por soldados británicos, tuvo un saldo de 4 muertos (Munadi, un soldado británico y dos civiles), y una víctima liberada: Stephen Farrell del NYT, compañero de Munadi.


Sultan Munadi era parte de exCHANGE FOR PEACE, una organización que apoya a jovenes dispuestos a luchar por soluciones en países que viven conflictos bélicos. Los periodistas llevaban cuatro días secuestrados, pues fueron levantados después de visitar una zona de bombardeos de la OTAN, donde presumiblemente hubo decenas de heridos.

Diversas organizaciones se dijeron sorprendidas por el operativo, ya que pensaban que las negociaciones para liberar a los periodistas iban por buen camino. Sin embargo, nada es seguro en estas situaciones. Algunas experiencias previas muestran que al tratarse de secuestros de parejas periodistas (uno oriental, uno occidental), generalmente, los orientales llevan la peor parte.

Menuda labor la de los intérpretes. No solo descifran sonidos que nunca entenderíamos, negocían, abren brecha, la hacen de sherpas. Casi nunca firman la nota (Sultan sólo firmó una entrada de blog en el NYT), trabajan tras bambalinas, pero saben que nada saldría sin ellos. Triste saber que, ni en la última asignación, merecieron un encabezado.

Aquí, su última contribución. Damn.

Así es la guerra, amarga, amarga, bien pinche amarga.

Para Ray: Please find your Sultan.

Foto: Tyler Hicks/The New York Times

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